viernes, junio 15, 2007

Ojos


Desde el otro lado del espejo, allá lejos está en otro país, su reino tiene otro gobernante, y el palacio aunque es perfecto deja sentir el frio que baja desde la montaña hasta el mar.

Las nubes siembran desde el horizonte una suave brisa que me trae su nombre y sus ojos café se destiñen hasta quedar como la miel, haciendo que uno de ellos brille para reflejar su alma.

Las leguas de mar y desierto que nos distancian me hacen extrañarla, pero al escribirle estas letras, la distancia entre los reinos desaparece y en el case de mi guitarra regalona encontré mi corazón perdido.