jueves, agosto 23, 2007

Sonrisa

El crepúsculo se adueñaba de los colores, sombras y formas del desierto mientras iba camino a San Pedro, tu ombligo coronaba cada grano de arena y soledad, tus senos en mis manos y el recuerdo, Sabina en el ipod y un camino que no termina nunca, respondiendo los email del pasado y sintiendo el vacío en el presente.

He llorado en Antofagasta y me he perdido en Calama, pero siempre hay barco que naufraga en tus brazos, y hoy la luna no se refleja en el mar de tu espalda. Déjame desnudarte nuevamente con las yemas de mis dedos acariciando cada rincón de tu vida.

Los besos de tu boca se perdieron en mi boca y no puedo hallarlos en los encuentros clandestinos en que se juntaban tu valentía por escuchar tu corazón y querer ser feliz. No puedo dejar de cantar a un viejo dinosaurio que decía “los amores cobardes no llegan ni amores ni a historias, se quedan allí” y yo sé, y tu también que tu amor y el mío no son de esos, como siempre te llevo bajo mi piel.

miércoles, agosto 15, 2007

Furtivos


Vámonos a la casa, estay loco, nos pueden ver, vámonos tu primero y yo por otro lado, ya chao, te espero fuera. No sé por que lo estoy haciendo, pero ya vamos, que rico te extrañaba, yo también, si sabe el Nelson me mata.

Pasa, voy al baño, quieres algo, si llévamelo a la pieza, abrásame. Mis manos se deslizaron por debajo de tu falda, mis dedos acariciaron tu néctar y mis labios se bebieron tus miedos, hasta que nos amamos como solo tu enamorada sabes hacerlo.

Eres maravillosa, me encantó como me apretabas las manos, ya cállate déjame disfrutar esto, abrásame fuerte. Ya, me voy, quédate un ratito más, no seas malo, no puedo, un beso chao, beso. Aló, que estás haciendo, nada la Paula se acaba de ir, vente para acá.

Hola este es Javier, Javier unas amigas, la Cata y la Constanza, hola, ¿Cómo te llamabas? Catalina, pero dime Cata. Ahora es demasiado tarde Princesa.

lunes, agosto 13, 2007

Concepción


Vi como se va luna perdiendo en la noche, como se oscurece y comienzan a brillar los ojos que nos miran desde arriba, la cruz del sur ha desaparecido por mi culpa y la osa polar revive la punta de la espina que se clava en mi costado.

Vengo bajando desde El Recodo al puente viejo y el río va con todo su ancho perdiéndose en el mar, gota a gota, lleva todo a su paso y a mí con él, a lo desconocido, al futuro, al no sé quién eres, al no sabes quién soy, y al teléfono que no conoce tu voz.

Estoy flotando en el golfo junto al carbón mojado que no enciende, de la mina que cerraron y que esta silente, esta tarde desviaron nuevamente mi vuelo al Tepual y cuando regrese seguirás mirando el hielo de los barrotes de tu prisión, planear la huída es el principio para comenzar a vivir, si no, ya conoces la celda del resto de los días.