sábado, diciembre 15, 2007

Virus


Las palabras que como cuchillos afilados tocaban mis tímpanos y comenzaban a destruir cada una de mis células, se apoderaban de mis pensamientos que eran comandados por ruidos anteriores sin notas dulces que armonizaran con su perfume.

Cada una de las neuronas con sus descargas eléctricas comenzaban a revelarse a los estímulos negativos del ensordecedor espanto psicopático provocado por la asesina de los besos robados, un peligroso virus mutante capaz de destruir cualquier organismo pluricelular.

Había una sola forma de destruir a ese mortífero enemigo, con decencia, este efectivo antídoto era la única forma de combatir el daño estructural acumulativo, consistía en una serie de estímulos externos basados corcheas semidifusas que componían melodías que contaran su mentira enmascarada, por cierto, el antídoto esté en fase de prueba y aun no se determina el daño colateral.