miércoles, octubre 26, 2005

Chiloé


Una y otra casa humeaba entre la lluvia y entre esta primavera que en la isla Chiloé es como el invierno de Santiago. Cada una humeaba como está humeando mi vida. Esta se consume día a día, hasta el día de mi muerte, como la de todos los seres vivos, claro que algunos vivos viven más que otros, y otros vivimos y todavía no sabemos para que.

La hora ya se ha pasado y el bus con el destino de mi vida se fue con ella, con el minuto exacto donde cae el crepúsculo sobre la lancha que lleva a la Pincoya a navegar a lejanos mares, dejándonos de dar abundancia en la pesca y abandonando mi propia playa.

Vidas más sencillas viviendo de trescientas variedades de tubérculos, ajos gigantes que le ponen sabor y nuevos rumbos a los paladares que ya no tenemos.

Sencillamente hoy quisiera vivir entre esa gente hermosa, que sabe como hacer que todo parezca la aurora, con el sol saliendo entre esas nubes, entre las casas que humeaban

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sábado, un día de "cachurear" en internet, ya te había hecho un comentario en otro relato...cerré y me dediqué a hacer otras cosas, pero algo me llamó a entrar nuevamente y he estado leyéndote. Me entretuve y mi mañana de sábado laboral se hizo un poco más grata.
Has vivido muchas cosas pero siempre te rodea la soledad, muchos amigos, carretes, amores desconocidos, lugares mágicos, mañanas sorprendentes, cuestionamientos........pero siempre solo. Eso me llevó a pensar en mi persona, me has dado una tarea que espero concluir....gracias

José Miguel dijo...

Cuncuna amarilla, gracias a ti por leerme. Si quieres puedes escribirme a mi e-mail. saludos.

Chilote dijo...

Que bonito y que bueno que tengas las ganas de cambiar ese Santiago por el sur de nuestro país.


Saludos

mgormaz dijo...

Exacto, por qué no te vas a Chiloé? Si te gusta el sur, visita mi blog.....http://marcelogormaz.blogspot.com