martes, julio 04, 2006

Atacama


Voy atravesando el desierto de Atacama y lo que puedo ver es color café en la tierra y el cielo, solo hay líneas férreas, olvidadas para un viejo carguero de cobre rojo que va desde el corazón de la tierra hasta el sur de tu corazón.

Viejas calicheras vacías también de color café hechas de barro, se desmembran con las inclemencias del tiempo y del olvido. Minas gigantes son las únicas responsables de que por esta zona transiten vehículos.

Literalmente vengo de la cordillera al mar, es invierno y los treinta grados de calor contrastan con los menos cinco de algunas noches. El frió se parece mas a ti desde que partiste a nunca jamás. Aquí la temperatura es agradable, los días son de cielos luminosos, el corazón es blanco y arribaremos a tiempo a nuestro destino.

Mañana voy de visita a la ciudad de mis sueños.

1 comentario:

Rodrigo A. Latorre Salgado dijo...

desierto florido... mas cosas raras para un pais mas que raro!!

por lo mismo me encanta Chile!