domingo, septiembre 04, 2005

El rito

Dije que el día que sucediera serian tres días a morir, los duelos generalmente duran ese tiempo. Los cambios o las crisis son momentos de aclarar los horizontes.

Aunque pierda la vida en el proceso siempre hay que vivirlos. Hoy en el tercer día fui al cumpleaños de una amiga, luego a un clandestino, después al local de unos amigos y rematé la noche muriendo para volver.

Haciendo un balance de los daños, tengo más canas, estoy menos gordo, lloro en silencio y mi hígado junto con mis pulmones piden clemencia.

Gracias a mis amigos y por cierto, a mis enemigos. Gracias a los que quedan. Gracias a las curvas de los caminos y a los montes protuberantes de tus pezones como lilas.

El camino puede tener muchas “piedras” y solo lo importante son los aprendizajes y los sueños que no se rompieron. Curiosamente un amigo que siempre está en los procesos difíciles, aun que poco rato hoy estuvo el tiempo necesario.

Pablito, sube a nacer conmigo hermano.

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