domingo, septiembre 04, 2005

Una cuncuna amarilla

¿Quien eres?, no se como te llamas, creo que te he visto antes, te pareces a la cuncuna amarilla que desapareció sin dejar huella. ¿Tampoco sabes quien es?, eso es una lastima, ella era muy guapa incluso siendo larva, ¿verdaderamente no eres tú?

Solo te lo pregunto porque un día ya no estaba, no es necesario que te molestes, me preocupa porque yo la quería mucho. Perdona, no lo debería haber preguntado. Voy a seguir mi camino por las hojas del bosque y así no te interrumpiré más.

Lo que la cuncuna verde no sabía, es que la cuncuna amarilla ya había sufrido su proceso de metamorfosis convirtiéndose en una hermosa mariposa, quien además de cambiar por fuera, también había cambiado su corazón.

La cuncuna verde siguió su camino, y a pesar de todos los esfuerzos no lograba dar con el paradero de la cuncuna amarilla, hasta que un día se anidó bajo una gran hoja, capaz de proporcionarle mucho alimento, y sintió que le ocurrían cosas.

Después de varios días se despertó y se dio cuenta que había crecido mucho, que le habían salido alas y que su aspecto era distinto, se acordaba de todo, de hecho, era el mismo por dentro.

En ese momento lo comprendió, hay gente que cambia solo en unos días o realmente no son de la forma que imaginas. La ex cuncuna verde miro al cielo, batió sus alas y se puso a vivir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que sorpresa mas grata, buscaba algo mas sobre las Cuncunas Amarillas y me encontre con esto. Soy una de ellas, pero no quiero aún sufrir la metamorfosis, no estoy preparada para ello.
Pasar por un cambio tan grande, en donde sólo ganaré belleza física....Quiero ser como la Cuncuna Verde, recordar siempre quien soy y de donde vengo, admirarme con los detalles de la vida cotidiana, el color de las flores, el verde del bosque que cambia su tonalidad según la estación, las formas los aromas...Mmmm...

roberto medina dijo...

todas de nuestras madres son como una cuncuna tienen cosas sorprendentes por que dar a lus es algo !maravilloso¡y !sorprendente¡
solo dios tuvo que inventar algo insuperable.