jueves, septiembre 01, 2005

Entre el espanto y la ternura.

Nos encontramos en la calle viendo anochecer mientras comenzaba el invierno. Las luces se perdían en el tiempo y los años no pasaban en vano. Las mariposas desaparecieron entre tu calle y la mía para siempre. Las hojas de los árboles tampoco estaban.

El sol aunque presente no lograba entibiar mi vida, y lo que aparecería en frente de mis ojos como un brote de primavera, se transformaba solo en un espejismo de invierno.

Donde las calles no tienen nombre, donde las razones no tienen explicación, donde los hechos se consumaron, donde mi vida al otro extremo del mundo cambiaba sin saberlo, sin estar presente en la Quinta Avenida.

Esta es la despedida de un cuento de girasoles, ya no tengo fuerza, no quiero seguir viajando sin rumbo, no siento nada hace muchos años, y las flores del jardín se secaron.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta es...definitivamente mi favorita...